Depresión y ansiedad
En las personas con insuficiencia cardíaca, la depresión y la ansiedad son trastornos frecuentes. Una de cada cinco personas con insuficiencia cardíaca tiene síntomas de depresión de leves a moderados y un grupo más reducido presenta síntomas depresivos más graves. La depresión es más habitual en aquellas con síntomas de insuficiencia cardíaca más graves y limitaciones físicas. La suma de los síntomas de la depresión y los de la insuficiencia cardíaca suele dificultar el diagnóstico de la depresión, lo que a veces puede retrasar su diagnóstico. La depresión puede provocar varios síntomas importantes, como baja autoestima, sentimientos de desesperanza e impotencia, dificultad para concentrarse, ansiedad, irritación, fatiga y dolencias físicas.
Tener depresión puede hacer que sea más difícil seguir el tratamiento médico recomendado y cuidar de uno mismo. La ansiedad y la depresión también pueden disminuir la calidad de vida y provocar fatiga y deterioro del estado funcional. Actualmente, no existe ningún medicamento o psicoterapia específicos que se consideren eficaces para los pacientes con insuficiencia cardíaca. La mayoría de los medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), parecen ser seguros para personas con insuficiencia cardíaca. Sin embargo, se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual, que es una intervención psicosocial para mejorar la salud mental y ayudar en el desarrollo de estrategias de respuesta personal, mejora los resultados en los pacientes con insuficiencia cardíaca.
Recibir un diagnóstico de insuficiencia cardíaca a menudo significa que hay que hacer cambios importantes en la vida y las actividades diarias. La adaptación a esos cambios puede ser difícil y, a veces, puede provocar ansiedad, estrés y depresión. A continuación, le mostramos ejemplos de distintas situaciones que pueden causar reacciones emocionales cuando se tiene insuficiencia cardíaca:
- Preocupación por que suceda algo grave de forma repentina
- Sensación de no tener control sobre cómo se desarrollará la enfermedad cardíaca
- Sentirse estresado y tener dificultades para relajarse
- Sentirse triste por tener una afección cardíaca y tener la capacidad física limitada
Todas estas emociones son naturales y no es el único que las siente. Algunos pacientes se se enfadan y se resisten a tener estos sentimientos complicados, y esto puede provocar que se intensifiquen aún más. Aceptar las emociones en lugar de tratar de suprimirlas puede ser difícil, pero es un primer paso necesario para ayudarle a controlar sus emociones.
Ansiedad
La ansiedad es un trastorno que a menudo se pasa por alto en las personas con insuficiencia cardíaca. La ansiedad es una especie de miedo que nos hace conscientes de los peligros y nos prepara para buscar protección. A esto se le llama reacción de «lucha o huida». No se controla por voluntad propia. En situaciones en las que el miedo tiene una causa clara, por ejemplo, el miedo a las alturas, es fácil evitar lo que provoca el miedo. Cuando no se puede identificar fácilmente nada que podamos eliminar o evitar, como un diagnóstico de insuficiencia cardíaca crónica, afrontar estos sentimientos se vuelve más difícil.
Los síntomas comunes de la ansiedad son: dificultad para respirar, sensación de mareo, náuseas, malestar estomacal, sensación de tener un nudo en el estómago o un peso sobre el pecho. Puede sentir que su corazón late más rápido de lo habitual, así como sudoración, una sensación de frío en su interior, sequedad en la boca, la necesidad de orinar o una sensación de hormigueo o entumecimiento en manos o pies.
Como puede ver, algunos de los signos de depresión y ansiedad, como fatiga y dificultad para respirar, son muy similares a los síntomas de la insuficiencia cardíaca. Una forma de distinguir entre los síntomas de la depresión y la ansiedad y los de la insuficiencia cardíaca es prestar atención a si los síntomas se producen cuando se hace un esfuerzo. Los síntomas de la insuficiencia cardíaca generalmente empeoran con el esfuerzo físico y disminuyen en reposo, mientras que los síntomas de la depresión y la ansiedad pueden aparecer independientemente de si se mueve o no y de hecho pueden mejorar después del esfuerzo físico. Es importante que hable sobre sus síntomas de sufrimiento mental con los profesionales médicos o de enfermería encargados de tratar su insuficiencia cardíaca.
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