Adaptar la dieta: mantener un peso saludable
La insuficiencia cardíaca suele modificar el peso con rapidez. Esto indica cambios en la enfermedad que se deben vigilar estrechamente.
Perder peso
Perder mucho peso de forma no intencionada durante un período breve puede ser grave. Es posible que indique que no está tomando suficientes calorías o que la insuficiencia cardíaca o la inactividad están provocando una pérdida de músculo. También puede indicar que su dosis de diurético es demasiado alta. Comunique siempre a su médico o enfermera cualquier pérdida de peso imprevista. La pérdida de músculo pasa inadvertida si está también reteniendo líquido ya que su peso se mantendrá bastante estable.
Sin embargo, si está perdiendo peso y tiene dificultad para ganar peso, es posible que su médico o dietista le recomienden una dieta rica en calorías y proteínas. También es posible que tenga que comer con más frecuencia y en cantidades más pequeñas.
Aumento de peso
Un aumento repentino de peso puede deberse a retención de líquido o a comer en exceso.
El aumento de peso originado por retención de líquido aumenta la carga de trabajo del corazón, el cual tiene que bombear con más fuerza para mover el exceso del líquido en la sangre hacia el organismo. Si está reteniendo líquido, habitualmente ganará peso con rapidez. Hable de ello con su médico o enfermera, pues es posible que empeoren sus síntomas.
El aumento de peso por comer en exceso supone una sobrecarga adicional para el corazón, ya que aumenta el área de tejido corporal que debe recibir oxígeno. Esto significa que el corazón tiene que trabajar más para que se puedan realizar las actividades cotidianas. Si toma demasiadas calorías, habitualmente ganará peso más despacio que por retención de líquido. No obstante, este tipo de aumento de peso también empeora los síntomas y la enfermedad. Hable de su régimen de alimentación con su enfermera o especialista en dietética para seguir una dieta cardíaca saludable y para adelgazar si su médico lo considera necesario.
Controlar el peso
Controle su peso pesándose a diario, preferentemente a la misma hora del día (por ejemplo, por la mañana después de asearse, llevando solo la ropa para dormir). Informe a su médico de cualquier cambio llamativo en el peso. Puede que haya que ajustar su dosis de diurético.
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