Betabloqueantes
¿Qué hacen?
Cuando el corazón no bombea tan bien como debería, el organismo intenta compensarlo produciendo adrenalina y noradrenalina, unas hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Si este efecto se prolonga, puede tener efectos perjudiciales en un corazón que ya se esfuerza para trabajar con eficacia. Los Betabloqueantes ayudan a su corazón a latir con más lentitud, disminuyen la presión arterial y, en consecuencia, protegen al corazón de los efectos nocivos de la prolongada actividad de la adrenalina y la noradrenalina.
Los Betabloqueantes son un componente importante del tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, es posible que las personas con insuficiencia cardíaca moderada o grave tengan que empezar con una dosis baja que se aumenta con lentitud. El motivo es que algunos pacientes pueden experimentar un incremento temporal de los síntomas de insuficiencia cardíaca durante las primeras semanas de tratamiento con betabloqueantes.
¿Cuáles son los beneficios que cabría esperar?
Se ha demostrado que los betabloqueantes reducen las hospitalizaciones relacionadas con la insuficiencia cardíaca, prolongan la vida y mejoran la tolerancia al ejercicio y la calidad de vida.
Efectos secundarios
Como los betabloqueantes reducen la frecuencia cardíaca, también disminuyen la tolerancia al esfuerzo (capacidad de esfuerzo). Esto significa que es posible que no pueda realizar una actividad física agotadora sin experimentar fatiga. Este efecto suele ser pasajero y su médico aumentará la dosis con lentitud.
En ocasiones, los betabloqueantes pueden producir una intensa frialdad de las manos y los pies.
Los betabloqueantes también pueden empeorar el asma, por lo cual tiene que informar a su médico si padece esta enfermedad.
El tratamiento con betabloqueantes a veces causa depresión. Si presenta síntomas de este tipo, informe a su médico o enfermera.
Consejos básicos
Al principio, puede notar mareo y cansancio conforme los betabloqueantes disminuyen la presión arterial. Se recomienda a los pacientes que inicien un tratamiento de betabloqueantes que «empiecen con dosis bajas y aumenten lentamente». Puede que pasen algunas semanas antes de sentirse mejor después de empezar a tomar un betabloqueante, pero si sigue notando mareo después de este período, póngase en contacto con su médico o enfermera para comprobar que está tomando la dosis correcta.
Es útil pesarse a diario y contactar con el médico o la enfermera si se producen modificaciones importantes.
Si nota intensas sibilancias o disnea, informe a su médico, pues podría deberse a los síntomas asmáticos subyacentes.
Es importante que no deje de tomar bruscamente los betabloqueantes. Debe comentar primero con el médico cualquier reducción de la dosis o interrupción del tratamiento.
También conocido como:
- Acebutolol
(Sectral®, Prent®) - Atenolol
(Atenix®, Tenormin®) - Bisoprolol
(Soloc®, Vivacor®, Cardicor®, Emcor®, Concor®) - Carvedilol
(Eucardic®, Coreg®) - Celiprolol
(Celectol®) - Labetalol
(Normodyne®, Trandate®, Normozyde®) - Metoprolol
(Betaloc®, Betaloc SA®, Lopressor®, Lopressor LA®, Toprol XL®) - Nadolol
(Corgard®) - Nebivolol
(Nebilet®) - Oxprenolol
(Trasicor®, Slow-Trasicor®) - Pindolol
(Visken®) - Propanolol
(Angilol®, Syprol®, Bedranol SR®, Beta Prograne®, Slo-Pro®, Inderal®, Half-Inderal LA®, Inderal-LA®) - Sotalol
(Beta-Cardone®, Sotocor®) - Timolol
(Betim®) - Fármacos combinados
(Co-tenidone®, Kalten®, Tenoret®, Tenoretic®, Viskaldix®, Prestim®, Beta-Adalat®, Tenif®)